5 RAZONES PARA TENER UN PASATIEMPO DE PASTELERÍA

 
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Siempre me ha gustado la pastelería. De todas las ramas de la cocina, la pastelería ha llamado mi atención desde que era una niña chiquita. Me fascinaba como podías entretenerte por horas haciendo un queque o galletitas y, al final, ¡podías comerte todo!  Me gustaba tanto que ya de grande me puse mi propia pastelería.

Pero no fue hasta que empecé a dar clases que me di cuenta de que la pastelería es mucho más que hornear cosas ricas para el café.

 
 
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Al finalizar uno de mis cursos más recientes, el cual impartí durante la pandemia, una de mis alumnas me escribió para contarme de cómo su nuevo pasatiempo de pastelería la había ayudado a sobrellevar un duelo. Otra, para hablarme de lo mucho que habían aprendido sus hijos elaborando las recetas a su lado. Algunas, durante los meses de restricción de circulación por la emergencia de Covid-19, me hablaban de las maravillas que había hecho la práctica de la pastelería para esos tiempos de ansiedad e incertidumbre.

Fue en ese momento que me di cuenta de la poderosa herramienta que puede llegar a ser este pasatiempo, ¡hasta para la salud mental!

 
 
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Aquí te cuento de algunos beneficios de practicar de un pasatiempo de pastelería:

  1. El arte de la pastelería es la mezcla perfecta de creatividad y precisión.

    A diferencia de la cocina salada, al elaborar un producto horneado, debes estar presente en el momento y prestar atención al proceso, agregar y mezclar los ingredientes en su medida correcta para que interactúen adecuadamente entre sí, lo que te hace olvidar por un rato las situaciones que pudieron agobiarte en tu día.  

  2. Es una actividad con un fin específico: un producto terminado que nos hace sentir orgullosos y realizados.

    Sabés que el rato que invertís en la elaboración de la receta, ¡tendrá como resultado postre delicioso! Y además para tus seres queridos siempre vas a ser esa persona que comparte brownies y galletitas.

  3. Es ideal para que los más pequeños de la casa aprendan a tu lado y dejen fluir su creatividad.

    Aprenderán de números, mediciones, paciencia, secuencias paso a paso y perseverancia. Cuando esté listo lo que cocinaron, pueden divertirse y ser muy creativos con las decoraciones finales.

  4. Es una herramienta poderosa que puede ayudarte a sobrellevar una situación difícil.

    Podés practicar de la actividad a solas o con compañía, según lo que necesités en el momento. No olvidemos que un pastelito siempre puede alivianar el inicio de una conversación complicada o si alguna vez sentís que debés ofrecer una disculpa (¡me ha pasado!).

  5. ¡Es una lección de vida!

    Aprendés a no rendirte, a que algunas veces tenés que trabajar rápido y con confianza, que la clave del éxito está en corregir y repetir, que el toque final siempre está en los detalles y que el ingrediente más importante de todos es el amor que le pongás.   

¡DESCARGA LA RUTA PARA HORNEAR Y EMPIEZA CON TU PASATIEMPO DE PASTELERÍA!

 
 
 
 

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